Estos días he sido torturada por el viento, así que explicaré cuáles son las 5 cosas que me asustan cuando el viento es muy fuerte.

Nací en Lima, una ciudad llena de gente a la que le gusta quejarse por todo. Uno de los motivos principales de queja es el clima… ¡Y no saben qué joya tienen!

Aquí, en Barcelona, el tiempo va cambiando. En verano muero de calor, en invierno hace frío (duh!), en otoño llueve, en primavera el polen y el viento forman una alianza fatal para mis alergias. Quedan unos 3 ó 4 días al año que podríamos llamar de transición y que nos permiten disfrutar la ciudad.

5 cosas que me espantan cuando hace viento

1. Las papeleras de la calle. Sus bolsas se voltean y bailan a lo Marilyn lanzando toda la basura que llevan dentro a los pobres transeuntes. (Ahora que lo escribo me suena terapéutico, tal vez debería probarlo)
2. Las hojas de los árboles. Que sí, que podría tener miedo a TODO el árbol, tomando en cuenta que se han dado casos de autos aplastados y paredes derrumbadas, pero me dan pánico las hojas porque van todas juntas como un enjambre llevadas por la corriente y no sabes cómo escapar… las del aire te envuelven, las del suelo te hacen tropezar. Son un peligro.
3. Las construcciones, y, con la recesión, las construcciones dejadas a medias. Cemento y arena cegándote en 3…2…1…
4. Las ventanas de mi casa. Es lo que tiene vivir en un piso construido en 1936, tiene un suelo precioso, unas mayólicas de ensueño, un techo alto… y un ruido espantoso cuando azota el viento.
5. Se me hace difícil explicarlo con palabras… así que mejor dejo un dibujo que hice ayer con mis deditos :D

Sí, mi pelo… ustedes también temblarían al verlo después de ciertas ráfagas.